By Stacey Wittig / Vagabonding Chica – Travel Writer
The remote ruins of Machu Picchu, a UNESCO World Heritage Site in Peru, can be reached by train. However, the hardy – may I add fool-hardy? – prefer the road less traveled, the Inca Trail. I love the four-day trek to the “Lost City of the Incas” for its blend of rugged beauty and lavish pampering. For what would you call a backpacking trip where polite porters carry your pack, stake down your tent and unfold your camping chair? I call it “Gucci Camping.”
Gucci Camping Day One: Our guide, David Espejo Chavez, gathers us at Novotel-Cusco. Located near the Plaza de Armas and magnificent Spanish Colonial cathedral, the hotel is a historical starting point for discovering Incan civilization. Once our permits are checked, we hike along the Urubamba River for a short time. At the Kusichaca Stream, we start climbing the steep grade following the rushing creek toward remote mountain passes. We reach Llactapata, our secluded camp, after three miles. We’re at 8,600 feet above sea level.
Gucci Camping Day Two: Up at dark, we watch the sunrise above the ruins. I’m happy to have my headlamp. My daypack weighs 16 pounds – mostly camera gear. We climb straight up for three miles to our lunch and hot siesta spot. This is a magnificent portion of the Inca Trail. We hike through bromeliads, Spanish moss and overhanging jungle trees that David calls a cloud forest. Scents of damp earth fill our nostrils as thin, muggy air causes us to breathe deeply. The white water of the gushing stream keeps us company with its powerful song. The rock path steps us up three more miles to Llullucha at 12,628 feet. By the time we get to our campsite, the Peruvian porters have set up our tents and dinner is ready. After eating another fine meal, I fall directly asleep and dream about tomorrow’s 13,776-foot obstacle: Dead Woman Pass.
Gucci Camping Day Three: We begin our assent at 5:30 a.m. I almost die getting to the top of Dead Woman Pass. Just another dead woman: me! It is very cold. Was it just yesterday that I was scorching hot? On the downward side, mist melts into the forest in a most peculiar way, making the hike quite magical. We explore ancient ruins and watch wild llamas in the tall grasses. At camp, the porters bring our chairs, tea and hot wine to a rock enclave where the sun sets and misty 19,000-foot, snow-capped mountains melt in and out of view.
Gucci Camping Day Four: Today we walk into Machu Picchu. First we explore the massive ruins of Wiñay Wayna, named for the pink orchids growing everywhere. After a photo op at Intipunku, the Sun Gate, Machu Picchu spreads out below us. By the time we walk in, the tour buses have vacated the ruins. We have the special place almost to ourselves. That night we sleep in real beds at El Presidente Hotel where the train rattles by our front door. The next day we’re drawn back to the ruins of Machu Picchu, joining the crowds for one last day in the magnificent ruins voted one of the New Seven Wonders of the World.
— Stacey “Vagabonding Chica” Wittig is a travel writer based in Flagstaff, AZ. She offers more free travel tips at http://www.vagabondinglulu.com
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Excusions ‘Gucci’ en la Ruta Inca
Por Stacey Wittig / Vagabonding Chica – Reportera de Viajes
A las remotas ruinas de Machu Picchu, designadas Patrimonio de la Humanidad en el Perú por la UNESCO, se puede llegar en tren. Sin embargo, los turistas experimentados—y me permito decir empecinados—prefieren el camino menos transitado, la Ruta Inca.
Me encanta la caminata de cuatro días a la “Ciudad Perdida de los Incas” por su mezcla de belleza natural y espléndido lujo. ¿Cómo llamarías a un viaje de excursión donde los porteadores corteses te llevan la mochila, plantan tu tienda de campaña y despliegan tu silla de acampar?” Yo lo llamo “Excursiones Gucci”.
Primer Día de Excursiones Gucci: Nuestro guía, David Espejo Chávez, nos reúne en Novotel-Cusco. Situado cerca de la Plaza de Armas y de la magnífica catedral colonial española, el hotel es un punto de partida histórico para descubrir la civilización inca. Una vez que revisan nuestros permisos, nos vamos de excursión a lo largo del río Urubamba por un corto tiempo. En el tributario Kusichaca comenzamos a subir la cuesta empinada siguiendo el rápido arroyo que corre hacia remotos pasos montañosos. Llegamos a Llactapata, nuestro campamento aislado, después de tres millas. Estamos a 8 mil 600 pies sobre el nivel del mar.
Segundo Día de Acampado Gucci: Aun es oscuro cuando nos levantamos y vemos el amanecer sobre las ruinas. Estoy feliz de tener mi farol. Mi mochila pesa 16 libras—casi todo en equipo fotográfico. Subimos hacia arriba por tres millas para nuestro almuerzo y lugar de siesta. Esta es una parte magnífica de la Ruta Inca. Caminamos a través de bromelias, musgos españoles colgantes y árboles de la selva que David llama a un bosque nublado. Los aromas de tierra húmeda llenan nuestras narices al tiempo que un tenue aire nos hace respirar profundamente. El agua blanca de la corriente a chorros nos acompaña con su poderosa canción. El camino de rocas se empina más de tres kilómetros hasta Llullucha a 12 mil 628 pies de altura.
Para cuando llegamos a nuestro campamento, los porteadores peruanos ya levantaron nuestras tiendas y la cena está lista. Después de disfrutar otra deliciosa comida, me quedo dormida y sueño acerca del obstáculo de mañana a 13 mil 776 pies de altura: el Paso de la Mujer Muerta.
Tercer Día de Excursiones Gucci: Comenzamos nuestro ascenso a las 5:30 a.m. Casi me muero para llegar a la cima del Paso de la Mujer Muerta. Sólo otra mujer más que pierde la vida: ¡Yo! Está muy frío. ¿Fue sólo ayer que estaba muy caliente?
En la parte baja, la niebla se desvanece en el bosque de una manera muy peculiar haciendo la caminata bastante mágica. Exploramos las ruinas antiguas y vemos a las llamas salvajes entre la alta hierba. En el campamento, los porteros llevan nuestras sillas, té y vino caliente a un enclave rocoso donde se pone el sol brumoso y las montañas cubiertas de nieve a 19 mil pies de altura entran y salen de la vista.
Cuarto Día de Excursiones Gucci: Hoy caminamos hacia Machu Picchu. Primero exploramos las grandiosas ruinas de Wiñay Wayna que reciben su nombre de orquídeas rosadas que crecen por todas partes. Después de una sesión de fotos en Intipunku la Puerta del Sol, Machu Picchu se extiende por debajo de nosotros. Para cuando entramos, los autobuses turísticos se han ido de las ruinas. Tenemos el lugar especial casi sólo para nosotros. Esa noche dormimos en camas de verdad en el hotel El Presidente, donde el tren pasa enfrente de la puerta principal.
Al día siguiente nos atraen de nuevo a las ruinas de Machu Picchu y nos unimos a las multitudes para el último día en las magníficas ruinas seleccionadas como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.
— Stacey “Vagabonding Chica” Wittig es un periodista de viajes de Flagstaff, Arizona. ¿Disfrutó este artículo? Visite el sitio www.vagabondinglulu.com.
— Traducción por Cesar Arredondo