By Metro Editorial Services (MS)
Much of a young child’s life revolves around adapting to new situations. Even when a routine is established, things can change and new skills must be learned. From moving from bottle to cup, to giving up a pacifier, to no longer using diapers or training pants, young children must tackle a lot of transitions.
One such transition is making the switch from sleeping in a crib to sleeping in a bed. A crib can be a safe, comforting place for a child. But over time, the crib may no longer be the right place for the child to rest and this can manifest itself in a number of ways. For instance, a child may attempt to climb over the railing edge. When such behavior persists, most parents consider switching to a toddler bed, or a twin-sized bed with safety railings. Not every child has the same feelings about a “big boy or girl” bed. Some are excited about the prospect while others feel a bit frightened. There are certain things a parent can do to make the process go more smoothly for all involved.
• Get talking. Before buying the bed, start talking about it with your child. Talk about how the new bed will be comfortable and exciting and how your child is no longer a baby. Go to the store and look at all of the beds available. If your toddler has an older sibling, let the youngster try out his or her older sibling’s bed.
• Childproof the room. Chances are your child already plays in his or her room, so it already may be full of safety features. To be on the super-safe side, however, give it another look and be sure all electrical outlets are sealed, top-heavy furniture is secured, and items that pose safety risks are removed.
• Repurpose a safety gate. Since your child will now have free reign to get out of bed when he or she desires, prevent middle-of-the-night roaming or leaving the house while you are sleeping; block the bedroom doorway with a gate. This will be for the child’s protection and give you peace of mind.
• Choose the right time. It’s best not to make a substantial change to your child’s sleeping environment when there are other major events going on. Moving to a new home or welcoming a new baby into the house can be stressful. Wait until later to move to the bed.
• Stick to the same pre-sleep routine. Children are creatures of habit and like to know what is coming next. Therefore, stick to the same routine around bedtime so that all will feel familiar. This may include reading a story, brushing teeth, and putting on pajamas, straightening up the room, or singing a lullaby together.
• Choose the transition type that works for your family. Some parents choose to leave the crib up and slowly transition to the bed. For example, parents may let the child nap in the bed throughout the day and sleep in the crib at night. Still, some parents prefer the out-of-sight, out-of-mind method of taking apart the crib and making the bed the sole option for sleeping. Gauge your child’s reaction to the bed and select the option that you think will work. And remember, if the crib is still safe and comfortable for your child, there is no rush in switching to a bed. Just like other milestones in a kid’s life, this one is reached when the child is ready.
Parents should also avoid letting their children sleep in Mom and Dad’s bed.
This promotes a habit that will be hard to break down the line.
Although the first few nights of the new bed may be hard for your child, with time he or she will grow comfortable with his or her new sleeping arrangements.
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Cómo ayudar a su hijo en la transición de la cuna a una cama
Por Metro Editorial Services (MS)
Buena parte de la vida del niño gira en torno a la adaptación a nuevas situaciones. Incluso cuando se establece una rutina, puede haber cambios y habrá que aprender nuevas destrezas. Los niños deben someterse a muchas transiciones, desde pasar del biberón a la taza, dejar de usar el pacificador, los pañales o los calzones de entrenamiento para ir al baño.
Una de esas transiciones es hacer el cambio de la cuna a dormir en una cama. La cuna puede ser un sitio seguro y cómodo para el niño, pero, con el paso del tiempo, deja de ser el lugar idóneo para el descanso, y esto se puede manifestar de múltiples maneras, como los intentos del niño por salir subiendo por encima de la baranda. Cuando tales conductas persisten, la mayoría de los padres considera el cambio a una cama para parvulitos, o una gemela con barandas de seguridad. No todos los niños se sienten de la misma forma con respecto a ser “un niño o una niña grande”. A algunos les entusiasma esa posibilidad, pero a otros les provoca cierto temor. Por tanto, hay ciertas cosas que pueden hacer los padres para que el proceso sea menos complejo para los que participan en el mismo.
• Hablar con el niño. Antes de comprar la cama, háblenle al niño de lo cómoda que será la nueva camita, y lo bueno que resulta que el niño deje de ser un bebé. Vayan a la tienda y vean todas las camas disponibles. Si el niño tiene un hermano o hermana mayor, dejen que pruebe la cama en que se acuesta.
• Acondicionar la habitación para seguridad del niño. Es muy posible que el niño o la niña jueguen en su dormitorio, por lo que ya le habrán instalado dispositivos de seguridad. Pero para ser bien previsores, inspecciónenla nuevamente para garantizar que todos los tomacorrientes estén tapados, los muebles pesados asegurados, y los artículos que pudieran ser un peligro potencial trasladados a otra parte de la casa.
• Use la baranda de seguridad para la puerta con otro propósito. Como ya el niño tiene libertad para levantarse de su cama cuando lo desee, evite que ande por la casa en plena noche o que salga de la casa mientras todos duermen. Asegure la puerta del dormitorio con una baranda. Esto garantizará la protección del niño y les dará paz mental.
• Todo a su tiempo. Es mejor no hacer el cambio sustancial del sitio donde duerme su hijo cuando están ocurriendo otros acontecimientos. El traslado a una nueva casa o la llegada de un nuevo bebé pueden ser estresantes. Espere un poco más para cambiarlo a la cama.
• Mantenga la rutina actual antes de dormir. Los niños son criaturas de hábitos, y les gusta saber qué es lo que van a hacer. Por tanto, respete la misma rutina a la hora de dormir, para que todo le sea familiar. Esto puede consistir en la lectura de un cuento, cepillarse los dientes o cantar juntos una canción de cuna.
• Elija el tipo de transición que funcione para la familia. Algunos padres optan por dejar la cuna armada y trasladar gradualmente al niño a la cama. Por ejemplo, los padres pueden dejar que el niño duerma la siesta en la cama y se acueste por la noche en la cuna. Aun así, algunos padres prefieren seguir el refrán “si te he visto no me acuerdo”, desarmando la cuna y haciendo que la cama sea la única opción para dormir. Evalúe la reacción del niño a la cama, y seleccione la opción que le parezca más funcional. Y recuerde, si la cuna sigue siendo segura y cómoda para su hijo, no hay apuro en cambiarlo a una cama. Al igual que otros acontecimientos importantes en la vida del niño, este momento debe llegar cuando el niño esté listo.
Los padres deben evitar que el niño duerma en la cama de Mamá y Papá. Esto crea un hábito que será difícil romper con el paso del tiempo. Aunque las primeras noches en la nueva cama pudieran ser difíciles para el niño, poco a poco se sentirá cómodo con ese cambio.