Editor’s note: This profile serves as a introduction to Second District Supervisor Elizabeth “Liz” Archuleta, who will be writing a regular column on issues and events impacting the local Latino community.
By Martin Montes de Oca / Guest contributor
When studying county officials, one might ask themselves: “What makes Elizabeth ‘Liz’ Archuleta so important to the Coconino County public?” The answer is simple. As part of a four-generation legacy of NAZ residents and as a lifelong resident of Flagstaff herself, Liz eats, sleeps and breathes Coconino spirit.
At a young age, Liz understood the importance of community building and ensuring others have a voice. This experience propelled her to become the first Hispanic woman elected to the Coconino County Board of Supervisors. It is with that same passion that she has strived to achieve the highest standard of living for her county. Through innovative social and economic projects, Liz brings a fresh perspective to the political table and isn’t afraid to cause some waves.
When she first came to the board, Liz found only a meager representation of the vast Coconino population in public forums. To remediate this disparity, she led the creation of various Multicultural Advisory Councils that would work as liaisons between governmental entities and the communities they serve. The result was a growth in stakeholder participation and an overall more pronounced citizen presence.
Liz is not only receptive to suggestions, but also actively attempts to provide an inclusive environment where the opinions of traditionally marginalized groups are heard.
For example, to address the underrepresentation of the Latino community, Liz created the Coconino Hispanic Advisory Council (CHAC). Because it was one of the first councils created, CHAC became an experiment for Liz in trying to increase the visibility and power of traditionally overlooked groups in a positive atmosphere between government and the public. Twelve years after its establishment, the council has been able to root itself and develop an independent identity. It has found itself not only representing the political opinions of the Hispanic population, but also assisting in its cultural expression. Newly elected council chairman Frank Moraga stated that during his term he intends to use his journalism experience to further expand the pool of participants and thus increase the influence the Hispanic population has on local, state and federal policy decisions.
In addition to a stronger political presence, cultural expression events are also in the forefront of Frank’s to-do list for an empowered community.
***
Buscando diversificar la representación
Nota del Editorial: Este perfil sirve como una introdución a la Supervisora del Segundo Distrito, Elizabeth “Liz” Archuleta, que escribirá un comentario regular sobre los asuntos y eventos que impactan a la comunidad Latino local.
Por Martin Montes de Oca / Columnista invitado
Al estudiar los oficiales gubermentales del condado, uno podría preguntar: “¿Porque es tan importante Elizabeth ‘Liz’ Archuleta al público del Condado de Coconino?”. La respuesta es muy simple. Además de que Liz viene de cuatro generaciones que han habitado el norte de Arizona, ella misma también ha vivido en Flagstaff su vida entera y es de esa manera que Liz come, sueña, and respira el espíritu Coconino.
Su afinidad por el trabajo público nació cuando era pequeña y vio la importancia de desarrollar una buena comunidad con una voz. Esta experiencia le impulsó hacerse la primera hispana elegida a la Junta de Supervisores del Condado de Coconino. Así, con el mismo ardor, Liz usa su perspectiva fresca pensando de maneras innovadoras económicas y sociales de mejorar la calidad de vida de la gente en su condado sin preocuparse de causar olas.
Al ingresar a su trabajo como supervisora, se encontró Liz con una representacion pobre de la poblacion total de Coconino en los foros públicos. Justamente, ella se dedicó a remediar la situación con la creación de varios grupos de asesoria multicultural que trabajarían como vínculos entre las comunidades menos destacadas y las entidades gubernamentales. De hecho, el resultado fue un incremento en la participación entre grupos antes callados con una presencia más acentuada.
En suma, Liz no sólo consiente sugerencias, pero activamente trastorna el sistema para fomentar un ambiente progresivamente más inclusivo donde las voces de grupos marginados se pueden escuchar.
Por lo tanto, Liz abordó el tema de la escasa representación latina con la creación del Consejo Consultivo Hispano del Condado de Coconino (CHAC). Al ser unos de los primeros grupos consultivos, CHAC efectivamente fue un experimento para aumentar el poder e influencia de grupos de gente tradicionalmente sobrepasados en un ambiente positivo entre el gobierno y el público. 12 años después de su fundación, la organización se ha enraizado y ha cultivado su propia identidad. No, se ha visto solomente un aumento en la fuerza política hispana, sino también una revitalización de cultura. Recién elegido líder de CHAC, Frank Moraga, dice que durante su estancia planea usar su experiencia como un periodista para incrementar el número de participantes para que el poder e influencia Hispana crezca y tenga una voz en la política local, estatal, y federal más destacada.
Además que incrementar la influencia política hispana, Frank también pretende hacer florecer la expresión cultural hispana para promover una comunidad más fuerte.