Saints play a significant part in Naples’ institutions. The devotion to these saints – who alleviate pains or defend against the diseases- echoes a delicately masked polytheistic system which dates back to the foundation of the city by the Greeks about 3,000 years ago.
Naples’ agnostic fervor to idols is nowhere more epitomized than in the memorial to Argentinian soccer player Diego Armando Maradona inside Bar Nilo in Naples’ Quartiere Storico. Created from plaster and painted in blue and white -the club colors-, the altar is buried in Maradona memorabilia. Its centerpiece is a strand of Maradona’s “miraculous” hair exhibited inside a revolving, clear box. It has become a site of pilgrimage for Maradona fans all over the world, elevating the footballer to the status of a saint.
The basis for this worship is the fact that Maradona steered Naples to its single two Italian league championships in 1987 and 1990, and also the 1989 UEFA Cup. Naples had never won anything substantial before Maradona’s coming to the team, and he was treated as a redeemer by a city known for its poverty, and social struggles.
Also, Naples has strong working class population which seems to intensify the bond between Napoli fans and El Pibe de Oro. Maradona himself came from an underprivileged background and it was that feeling of adversity that facilitated player and fans alike find a reciprocal empathy. All the graffiti, memorabilia and iconography make you feel that this city truly belongs to Maradona. Diego definitely left an indelible mark on the history of this city beyond soccer.
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Los santos juegan un papel importante en las instituciones de Nápoles. La devoción de estos santos -que alivian dolores o defienden de las enfermedades- hace eco de un sistema politeísta delicadamente enmascarado que se remonta a la fundación de esta ciudad por los griegos hace unos 3.000 años.
El fervor agnóstico de Nápoles por los ídolos se personifica mejor en el monumento al futbolista argentino Diego Armando Maradona dentro del Bar Nilo en el Quartiere Storico. Creado a partir de yeso y pintado en azul y blanco -los colores del club-, el altar está cubierto de recuerdos de Maradona. Su pieza central es un mechón del cabello “milagroso” de Maradona exhibido dentro de una caja transparente giratoria. Se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los fanáticos de Maradona en todo el mundo, elevando al futbolista al estatus de santo.
La base de este culto es el hecho de que Maradona llevó al equipo Nápoles a sus dos campeonatos de la liga italiana en 1987 y 1990, y también a la Copa de la UEFA de 1989. Nápoles nunca había ganado nada sustancial antes de la llegada de Maradona al equipo, y una ciudad conocida por su pobreza y luchas sociales lo trató como a un redentor.
Además, Nápoles tiene una fuerte población de clase trabajadora que parece intensificar el vínculo entre los fanáticos de Napoli y El Pibe de Oro. El propio Maradona procedía de un entorno desfavorecido y fue ese sentimiento de adversidad lo que facilitó que tanto jugadores como aficionados encontraran una empatía recíproca. Todos los grafitis, memorabilia e iconografía te hacen sentir que esta ciudad realmente le pertenece a Maradona; Diego definitivamente dejó una huella indeleble en la historia de esta ciudad más allá del fútbol.
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